El futuro de la Educación en tiempos del COVID-19: La enseñanza virtual en la actualidad y en el futuro.
Esta pandemia nos ha enseñado la fragilidad de nuestro mundo y durante los tres últimos meses nos hemos enfocado en los problemas cotidianos de nuestras aulas, casi sin ver que estos mismos problemas tienen un alcance global. El pasado mes de abril viví una experiencia transformadora, cuando un compañero me invitó a una reunión virtual internacional en la que alumnos de cuatro países (Estados Unidos, Jordania, Marruecos y España) comentaban cómo les estaba afectando la situación del Covid-19 y todos los ajustes que están teniendo que hacer. La sesión duró aproximadamente dos horas y el tema principal fue como el repentino cambio a la enseñanza en remoto había modificado sus vidas. Cada uno de nosotros estaba en una parte distinta del mundo y, sin embargo, estábamos pasando por las mismas dificultades.
El COVID-19 nos está enfrentando a los mayores desafíos del siglo XXI y una de las primeras lecciones que hemos aprendido es que el virus no tiene fronteras y que todo el mundo, de alguna manera, está experimentando las mismas situaciones y dificultades. La educación no es una excepción.
El pasado 10 de marzo, la UNESCO estableció una Comisión ad hoc formada por once ministros de educación procedentes de diferentes regiones del mundo, con el mandato de dar seguimiento a las consecuencias que la pandemia está causando en el entorno educativo a nivel global. Según las primeras estadísticas registradas en el mes de marzo, un total de 138 países ya habían cerrado escuelas y universidades, dejando en casa a 137 millones de estudiantes y 60,2 millones de maestros. En esta página puedes seguir la evolución del número de instituciones que cierran sus puertas y recurren a la formación virtual por países y por fechas.
Las cifras corresponden al número de alumnos matriculados en educación infantil, primaria, secundaria, bachillerato y universitarios. Datos de matriculación basados en el último informe de UNESCO Institute for Statistics data. Como referencia ver methodological note.
En todos los casos, la comunidad académica se apresuró a pasar al aprendizaje virtual de un día para otro. Cada país ha recurrido a diferentes canales digitales, plataformas virtuales, TV, redes sociales o incluso WhatsApp u otras aplicaciones como medio de instrucción. Desde entonces, la tecnología digital ha adquirido un nuevo significado y ha ocupado un nuevo espacio en nuestras vidas.
El Ministro de Educación de Egipto, Sr. Tarek Shawki, afirma que "hemos progresado más en el aprendizaje digital y virtual en estos 10 días que en los últimos diez años," y muchos de nosotros compartimos sus palabras. Aun así, este inesperado y repentino cambio al aprendizaje virtual, casi traumático, no ha sido fácil y ha sido muy frustrante, tanto para los profesores como para los alumnos.
No cabe duda de que la enseñanza y el aprendizaje virtual están aquí para quedarse, y ahora que el curso académico está a punto de terminar (al menos en España) es el momento de reflexionar sobre los retos y oportunidades que el futuro digital nos depara.
Comencemos por examinar algunos de los desafíos del aprendizaje virtual que tendremos que superar, como la brecha generacional digital entre profesores y alumnos. No hay duda de que existe una clara división entre los alumnos nativos digitales y los profesores, que todavía se desenvuelven en un mundo analógico. Y aunque las nuevas generaciones, los millenials, la generación Z y los Alpha prefieren las metodología y tecnologías digitales, los profesores no parecen sentirse tan cómodos con ellas.
Otras percepciones generalizadas que ponen en duda la eficacia de la enseñanza virtual son la preocupación por la falta de interacción social entre los alumnos, la interrupción de la movilidad internacional, o la aparente ausencia de rigor académico o disciplina en el aula virtual. Sin embargo, parece que éstas son más sensaciones que realidad. En cuanto a las interacciones sociales entre los alumnos, el profesor Dozi Amemado afirma que "para los nativos digitales, (la comunicación virtual) es el medio preferido para la interacción social"; en cuanto a la cooperación internacional, el profesor afirma que "el aprendizaje virtual fomenta un conocimiento global de la sociedad, facilita las colaboraciones internacionales, el intercambio de contenidos y la colaboración entre escuelas y universidades". En otras palabras, es posible desarrollar nuevas formas de colaboración virtual internacional, si desarrollamos programas diferentes con nuevas estructuras y formatos. Estoy de acuerdo con esta afirmación y, por ello, proponemos que los programas híbridos internacionales puedan ser parte de la respuesta.
Otros retos que vamos a tener que superar son la falta de formación para la enseñanza virtual, o la soledad y frustración que han experimentado los docentes a nivel micro (en su propia aula) y a nivel local (en su propio centro) durante la pandemia. Es necesario aprender a hacer programaciones docentes de acuerdo con las nuevas metodologías virtuales, a adaptarse a otra estructura curricular, a desarrollar una adaptación al aula virtual diferente y a crear contenidos y evaluaciones acordes al medio virtual. Además, están otros problemas técnicos como la necesaria mejora en las infraestructuras, equipos y, sobre todo, la conectividad.
Pero lo más importante de este momento histórico educativo global es que cuando nos fijamos en el panorama general y observamos las estadísticas y los estudios realizados a lo largo de estos tres meses, nos damos cuenta que los retos que supone el repentino cambio a la formación virtual no es sólo nuestro problema, sino que es el reto común que nos une a los académicos y docentes de todo el mundo. Es un problema global y, por lo tanto, requiere soluciones globales.
No hay duda de que el aprendizaje virtual ha llegado para quedarse y que necesitamos adaptarnos a él. Parafraseando al Sr. Shawki "Hemos aprendido más sobre la necesidad que tenemos de actualizarnos en la formación digital en estos tres meses, que en los últimos diez años". Ahora bien, esta situación ya no es una sorpresa, y teniendo en cuenta que, a estas alturas, la mayoría de los países del mundo todavía no sabemos cuándo podremos volver al aula, es el momento de anticiparnos y formarnos para seguir impartiendo docencia online. No olvidemos esta valiosa lección y estemos preparados para el futuro.
Para más información sobre programas de formación de profesorado consultar Infinite Spur
Marta Walliser, Ph.D.
Executive Director
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