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SAN VALENTÍN: LOS ORÍGENES DEL DÍA DE LOS ENAMORADOS

El origen de San Valentín siempre se ha atribuido al festival de Lupercales, un rito de la fertilidad romano en honor al dios Luperco. Sin embargo, estos son más complejos y tienen en realidad su base tanto en la historia de su tocayo, como en la corriente del amor cortés, que inspiraría gran parte de la literatura del s. XIV.


San Valentín, Día de los Enamorados: un día entero dedicado a la pareja y a la celebración del afecto y la pasión; por eso lo identificamos con obsequios, chocolates, ramos de rosas y cartas escritas a mano. Sin embargo, sus orígenes reflejaban una imagen muy distinta, donde estos inofensivos gestos de cortejo no tenían cabida alguna y la celebración tomaba un carácter mucho más primal.


En el blog de hoy vamos a realizar un breve recopilatorio histórico de todas las tradiciones que acabarían conformando el San Valentín que celebramos hoy en día. A través de distintas épocas, distintas tradiciones, con un único denominador común, la celebración del amor entre dos amantes.




Empezamos nuestro repaso con la celebración de las Lupercales, un rito romano que tenía lugar el día 15 y tomaba su nombre de dos palabras latinas: “lupus”, lobo, animal que se solía asociar al dios fauno Luperco y “hircus”, macho cabrío, forma con la que se le solía representar. Esta celebración se prolongaba durante tres días y, según la tradición, un grupo de jóvenes nobles, denominados Lupercos, se reunían en la cumbre del monte Palatino donde sacrificaban una cabra. Tras el sacrificio los elegidos salían a la calle, cubiertos tan solo por pieles de cabra y máscaras con la forma de un lobo, persiguiendo a las mujeres desnudas y azotándolas con tiras de piel de cabra anteriormente sacrificada, a fin de procurarles la fertilidad.





A pesar de la popularidad de esta celebración, la llegada del cristianismo llevaría a la censura de todas estas prácticas y finalmente en el s. V la festividad sería anulada por el papa Gelasio I. En su lugar, se declararía el Día de San Valentín, una fiesta religiosa en honor al santo del s. III del mismo nombre, cuya historia, es una de amor y tragedia.


Esta se ambienta en la Roma del s. III. En esos momentos gobernaba el emperador Claudio II quien luchaba por defender su imperio, pero también por contener la extensión del cristianismo para lo cual, dictó una ley prohibiendo a los jóvenes contraer matrimonio para en su lugar obligarles a alistarse en el ejército. Valentín, un joven sacerdote, desafiaría las normas del emperador. En secreto, celebraría matrimonios, además de convertir a otros jóvenes al cristianismo. Este doble incumplimiento de la ley le costaría al joven una condena en prisión donde acabaría trabando amistad con su carcelero. El carcelero, quien tenía una hija ciega, Julia, y estaba desesperado por ayudarla, retaría a san Valentín su fe a cambio de que le devolviera la vista. Fiel a su palabra, cuando Valentín logrará devolverle la vista a la niña, de quien también se había enamorado, este y toda su familia se convertirían al cristianismo. Este acto, le costaría al santo una pena de muerte.




Antes de morir, cuenta la historia que san Valentín se despidió de su amada Julia con una amorosa carta en la que se despedía firmando “de tu Valentín”, frase que ha quedado inmortalizada en la historia. Julia, agradecida y enamorada, plantó un almendro junto a su tumba que religiosamente florecía cada mes de febrero, como recuerdo de su imposible amor.


Pero si continuamos avanzando en la historia veremos que las tradiciones amorosas gozan de un gran apogeo en la literatura medieval. Sería en el s. XIV que se daría el siguiente evento histórico relevante asociado con el día de san Valentín, en la forma de la publicación y popularización del poema de Geoffrey Chaucer: The Parlamento of Fowls (El parlamento de las aves). Una obra en cuyos versos se mencionaría de nuevo a la figura de san Valentín: “Porque es el día de San Valentín, cuando cada pájaro viene a escoger su pareja.”, su popularidad daría lugar al resurgir del amor cortés.





Esta tradición poética cortesana se extiende por todos los países y se manifiesta a través de topos literarios que celebran el amor ideal, frente a la guerra. Así surgen asociaciones como la corte del amor, donde jóvenes poetas se reúnen para organizar retos literarios, justas o celebraciones poéticas en las que componen y leen sus poemas ante una corte femenina, para posteriormente ser galardonados con guirnaldas de flores que prendían en sus mantos. Este resurgir del ideal amoroso, sería clave en la construcción del San Valentín actual.


El amor siempre es un motivo de inspiración, siempre ha existido y siempre existirá sea real, ideal o platónico. Tú eliges la tradición que más te guste y el amor que deseas, pero en cualquier caso, ¡Feliz San Valentín!


¡Mira este video parodia que narra cómo surgió San Valentín!




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